31.3.13

No te prometo amor eterno.

A veces, deberíamos pensar tres o cuatro veces. No es mi caso. Sabes que no pienso muy a menudo, aunque luego me preocupan las consecuencias. Pero pienso y decido rápido, porque en la vida, es lo que vale. Es como dejar el amor a medio hacer, o un beso a medias, o una caricia sin dar.

Las cosas que se hacen, se hacenSi me acuesto a tu lado y me quieres hacer el amor, házmelo. Mañana ya veremos que pasa. Y es que, lo que falla en el ser humano es la dificultad de decisión. O la facilidad de indecisión. Llamadlo como queráis. Pero lo verdaderamente sencillo es, que si te apetece, nos besamos, recordamos como bailábamos noche y día, siempre con la media sonrisa en la boca, estrujando en tus manos, el sol, la lunay mis caderas. Ardíamos al borde. Y acabábamos un poco más vacíos de locura y más llenos de satisfacción. Nosotros más pequeños y nuestro amor siempre un poco más grande.
Hoy quiéreme. Pero no te prometo amor eternoYa no.

26.3.13

Indispensable.

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente “revolcándote” en los por qué, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. Eldesgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todos estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas y seguir adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse.

¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú.

Suelta el resentimiento. Si andas por la vida dejando “puertas abiertas”, por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo. Sino, déjalos ir, cierra capítulos.

Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugaren ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio. Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.

Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse. Sólo es costumbre, apego, necesidad... Pero cierra, clausura, limpia, tira,oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate. ¡Esa es la vida!












(Paulo Coelho)

24.3.13

Hagamos lo imposible.

No. Me niego a que digas que lo nuestro es imposible, porque aquí lo único que sería imposible es estornudar sin cerrar los ojos, y aun así podría ser posible si me fuerzo los ojos con los dedos. No me jodas, y no me andes con tonterías, porque lo único que nos separa entre tú y yo es la conjunción “y”. No te atrevas a hacerte el valiente, y menos el experto en imposibles, porque aquí lo único imposible es no sonreír cuando estoy contigo, por mucho que me tapes la boca con ambas manos, te sonreiré con los ojos. Y aunque no me mires de frente, sé que lo haces de reojo y luego me plagias la sonrisa.

Dime qué sentido tiene llevar las cosas hasta unas alturas que no tienen final, si luego quieres envasarlo todo al vacío. Te advierto una cosa, mi corazón no se puede comprimir más, o lo sueltas o te explota en la cara. Te prohíbo terminantemente que me hables demárgenes de seguridad porque entonces haré ojos ciegos y oídos sordos a tus señales, y múltame si quieres, poco me importa… pero eso sí, no te olvides de pasar por casa a cobrarte la factura en besos…

No digas que lo nuestro es imposible, me niego… Y tampoco me digas que somos una causa perdida, porque tú eres la única persona que aun dándola por perdida la busco hasta decir basta, y te aseguro que no estoy dispuesto a decir "basta"… Y si quieres hablar de imposibles, hablemos de imposibles, y pidamos lo imposiblehagamos lo imposible.























(Hagamosloimposible).

21.3.13

Puntos de inflexión.

Venía a hablaros de puntos de inflexión. De ese estúpido momento en el que todo lo que iba perfecto se jode sin que tú puedas hacer nada. De como todo se estropea y no entiendes muy bien que es lo que ha pasado, ni porqué. De decepciones injustificadas porque nunca tuviste motivos para ilusionarte. De un montón de "Que hubiera pasado si...". Venía a hablaros de que todo se estropea en el momento más inesperado. De que las cosas que suben tienen que bajar. De que no consigo revivir ese sábado, pese a que de buena gana me quedaría a vivir en él. Venía a contaros un montón de cosas tristes, pero sinceramente creo que prefiero poner la música tan fuerte que no pueda pensar y bailar como loco por toda la habitación.


















(absurdashistorias)